Tiempos modernos y sus cambios...!, es una de las expresiones más difundidas entre los hombres desde hace siglos, pero si deseamos hacer reflexiones o mencionar algo de lo mucho que está sucediendo actualmente, día tras día y minuto tras minuto, en verdad debemos referirnos a Postmodernismo y Globalización.
Dentro del espectro de temas relacionados a éste fenómeno, en un intento de dar algún grado de luz a estas épocas tan vertiginosas y sorprendentes, debemos colocar como primario a un aspecto de enorme trascendencia: la Ética.-
Los millones de circuitos neurológicos con que cuenta el cerebro humano son los responsables de esa capacidad que lo distinguen del resto de los seres vivos. Quizá algunas reflexiones al respecto nos puedan ayudar a esclarecer las dudas. Comencemos con lo básico preguntándonos ¿qué es la Ética?
Se la define como " la rama de la Filosofía que analiza los principios morales que rigen la vida del hombre". desde Sócrates a nuestros días, los Pensadores se ocuparon mucho del tema y se consideraron a las llamadas Virtudes Griegas y Cristianas como los verdaderos valores que reflejan la preocupación del ser humano por las Leyes del Bien. Pero los códigos morales de unos tiempos a otros y de un pueblo a otro, van variando inexorablemente.
Recordemos algunos ejemplos de la "Relatividad Moral". Los orientales se cubren la cabeza como signo de reverencia, mientras los occidentales se la descubren. Que una mujer árabe mostrara su rostro o una mujer china sus pies era obsceno, pues ambas ocultaciones exaltaban la imaginación y el deseo sexual, sirviendo al bien de la raza.
En China, era indicadísimo obsequiar un féretro a un pariente anciano, especialmente si éste no era rico. Los melanesios quemaban vivos a sus ancianos y enfermos y consideraban afectuosísimo este gesto de hacerles terminar con sus achaques. Sería pues muy sencillo reunir cientos de ejemplos en los que lo "inmoral" de nuestro tiempo y país, viene a ser lo "moral" de otras épocas y comarcas. Tal vez lo que determine más fuertemente cambios morales sean las alteraciones económicas, que han sido consecuencia directa de hitos extraordinarios de la Historia de la Humanidad.-
Las dos transformaciones más profundas que registra la historia del hombre sobre la tierra han sido el paso de la Caza a la Agricultura y de ésta a la Industria. En ambos casos el hombre encontró inservible el código moral de la época anterior, que se fue transformando a través del nuevo régimen.-
Casi todas las razas humanas vivieron de perseguir animales, matarlos y comerlos, habitualmente crudos y hasta colmar la capacidad del estómago, pues no existía la civilización en el sentido de producción económica y seguridad, la voracidad era una virtud indispensable para su autoconservación.-
Los hombres primitivos comían como los animales de hoy, ya que ignoraban cuándo les llegaría la próxima comida. "La inseguridad es la madre de la ansiedad, como la crueldad es la hija del miedo", reza una antigua frase popular y culta. O sea que la brutalidad y la gula que eran necesarias en esas épocas para existir, son ahora atavismos despreciables; es que "los pecados del hombre no son el resultado de su caída, sino resabios de su emancipación", sentencia otra frase antigua.
El hombre necesita ser libre para elegir. para seleccionar nuestros impulsos de acuerdo a lo que hoy se considera apto moralmente, nuestros padres, maestros y vecinos nos alaban o censuran como nosotros damos azúcar o golpes a los animales que queremos amaestrar. Es que queramos o no, poseemos ciertos rasgos de carácter que son un verdadero extracto genético de nuestros ancestros y si desbordamos las reglas sociales contemporáneas somos sometidos a determinadas formas de disuasión, desde quedarnos en penitencia en la escuela, hasta ser carbonizados en la silla eléctrica. En lo moral, como en el comercio, rige la ley de la oferta y la demanda.
El paso de la Caza a la Agricultura trajo aparejadas dramáticas modificaciones del comportamiento humano, constituyendo la llamada "Moral de la época Agrícola". Se caracterizaba por la tranquilidad de la granja, donde la laboriosidad era más importante que la valentía, y la paz más provechosa que la pelea. El hombre se casaba tempranamente, casi tanto como la naturaleza se lo pedía, sin tener que soportar las restricciones que código moral determinaba con respecto a las prohibición de las relaciones prematrimoniales. A los 20 años conocía las tareas de la vida como a los 40. Junto a la mujer trabajaban la tierra y criaban a los hijos bajo los preceptos cristianos de monogamia y matrimonio indisoluble. Todo era razonable y sencillo de llevar a cabo. Cada hijo que tuvieran eran dos nuevas manos para trabajar la granja y la maternidad vina ser sagrada. La restricción de la maternidad fue considerada inmoral y las familias numerosas resultaron gratas a Dios. éste código moral se mantuvo durante siglos, hasta la llegada de la Industria y con ella su nuevo concepto de moral.
Hombres y mujeres comenzaron a alejarse del hogar para trabajar y cobrar individualmente. La madurez mental resultó más tardía en la granja, puesto que a los 20 años eran chiquillos aturdidos y necesitan más tiempo para ajustarse a la vida moderna. El matrimonio también se postergó por lo que las relaciones sexuales prematrimoniales pasaron a ser corrientes y los anticonceptivos se convirtieron en una necesidad, dada la también postergada maternidad.
Casi sin darnos cuenta vamos dando paso a la "Moral del Postmodernismo y de la Globalización". Albin Toffler decía en los años 60: " El drama de los tiempos postmodernos es que nos hemos encandilados con los inventos tecnológicos; la técnica es la vedette de este tiempo. Los jóvenes creen que pulsando botones para obtener información ya son educados y cultos, sin comprender que todo ello constituye un proceso que lleva décadas de análisis y maduración". la complejidad de la vida privada y en sociedad del hombre en la era industrial se ha magnificado hoy ante la evolución desenfrenada de la Globalización.-
Para los jóvenes actuales se suman, además, los interrogantes propios de esa etapa de la vida: inseguridad en el trabajo,dificultades en el manejo de la sexualidad, maduración económica tardía, etc. Buscan la felicidad y es difícil encontrarla. Ya lo decía Platón: "Moral es enseñar el camino para ser feliz y no un repertorio de prohibiciones".
La expectativa más fuerte de los jóvenes es conformar una familia. El origen y significación deriva en forma directa de la inestimable desvalidez del niño. La familia ha sido el vehículo salvador de las costumbres y tradiciones que conforman la esencia de la herencia humana y el cemento psicológico de la organización social.
Por todo ello y a mi juicio, no es el tiempo del Ocaso de la Ética sino, por el contrario, es hora de su revalorización y potenciación. Todos los adultos y en especial los adultos mayores, tenemos la "obligación" irrenunciable de colaborar, en el más amplio sentido de la palabra, con el ejemplo personal ante nuestros hijos, colegas, amigos, jóvenes en general, es decir frente a toda la sociedad a la que conformamos y nos debemos. Transitando las décadas vividas, hemos ido acumulando vivencias y así conformando nuestra "experiencia de vida". El criterio y sentido común que hemos ido desarrollando, junto al concepto de equidad y tolerancia, nos convierte en verdaderos referentes dentro de nuestra comunidad. Ser adultos, jóvenes o mayores, implica un estilo de vida y debemos demostrar que así vivimos. El ejemplo es el más fuerte elemento orientador de la conducta humana, en tal grado que llevó a Albert Schweitzer: "El ejemplo no es lo más importante sino lo único", y debemos comprometernos a ofrecerlo en todos los actos de nuestra vida, especialmente para con los jóvenes, verdaderos paragolpes humanos frente a este crítico momento del Postmodernismo y la Globalización.
Hombro a hombro enfrentemos con valor la responsabilidad que nos compete como Adultos, dando apoyatura moral, espiritual y material a alas franjas sociales de menor edad, que constituyendo el 50% de la actualidad son el 100% del futuro y por lo tanto el más grande tesoro de la humanidad.-
Casi todas las razas humanas vivieron de perseguir animales, matarlos y comerlos, habitualmente crudos y hasta colmar la capacidad del estómago, pues no existía la civilización en el sentido de producción económica y seguridad, la voracidad era una virtud indispensable para su autoconservación.-
Los hombres primitivos comían como los animales de hoy, ya que ignoraban cuándo les llegaría la próxima comida. "La inseguridad es la madre de la ansiedad, como la crueldad es la hija del miedo", reza una antigua frase popular y culta. O sea que la brutalidad y la gula que eran necesarias en esas épocas para existir, son ahora atavismos despreciables; es que "los pecados del hombre no son el resultado de su caída, sino resabios de su emancipación", sentencia otra frase antigua.
El hombre necesita ser libre para elegir. para seleccionar nuestros impulsos de acuerdo a lo que hoy se considera apto moralmente, nuestros padres, maestros y vecinos nos alaban o censuran como nosotros damos azúcar o golpes a los animales que queremos amaestrar. Es que queramos o no, poseemos ciertos rasgos de carácter que son un verdadero extracto genético de nuestros ancestros y si desbordamos las reglas sociales contemporáneas somos sometidos a determinadas formas de disuasión, desde quedarnos en penitencia en la escuela, hasta ser carbonizados en la silla eléctrica. En lo moral, como en el comercio, rige la ley de la oferta y la demanda.
El paso de la Caza a la Agricultura trajo aparejadas dramáticas modificaciones del comportamiento humano, constituyendo la llamada "Moral de la época Agrícola". Se caracterizaba por la tranquilidad de la granja, donde la laboriosidad era más importante que la valentía, y la paz más provechosa que la pelea. El hombre se casaba tempranamente, casi tanto como la naturaleza se lo pedía, sin tener que soportar las restricciones que código moral determinaba con respecto a las prohibición de las relaciones prematrimoniales. A los 20 años conocía las tareas de la vida como a los 40. Junto a la mujer trabajaban la tierra y criaban a los hijos bajo los preceptos cristianos de monogamia y matrimonio indisoluble. Todo era razonable y sencillo de llevar a cabo. Cada hijo que tuvieran eran dos nuevas manos para trabajar la granja y la maternidad vina ser sagrada. La restricción de la maternidad fue considerada inmoral y las familias numerosas resultaron gratas a Dios. éste código moral se mantuvo durante siglos, hasta la llegada de la Industria y con ella su nuevo concepto de moral.
Hombres y mujeres comenzaron a alejarse del hogar para trabajar y cobrar individualmente. La madurez mental resultó más tardía en la granja, puesto que a los 20 años eran chiquillos aturdidos y necesitan más tiempo para ajustarse a la vida moderna. El matrimonio también se postergó por lo que las relaciones sexuales prematrimoniales pasaron a ser corrientes y los anticonceptivos se convirtieron en una necesidad, dada la también postergada maternidad.
Casi sin darnos cuenta vamos dando paso a la "Moral del Postmodernismo y de la Globalización". Albin Toffler decía en los años 60: " El drama de los tiempos postmodernos es que nos hemos encandilados con los inventos tecnológicos; la técnica es la vedette de este tiempo. Los jóvenes creen que pulsando botones para obtener información ya son educados y cultos, sin comprender que todo ello constituye un proceso que lleva décadas de análisis y maduración". la complejidad de la vida privada y en sociedad del hombre en la era industrial se ha magnificado hoy ante la evolución desenfrenada de la Globalización.-
Para los jóvenes actuales se suman, además, los interrogantes propios de esa etapa de la vida: inseguridad en el trabajo,dificultades en el manejo de la sexualidad, maduración económica tardía, etc. Buscan la felicidad y es difícil encontrarla. Ya lo decía Platón: "Moral es enseñar el camino para ser feliz y no un repertorio de prohibiciones".
La expectativa más fuerte de los jóvenes es conformar una familia. El origen y significación deriva en forma directa de la inestimable desvalidez del niño. La familia ha sido el vehículo salvador de las costumbres y tradiciones que conforman la esencia de la herencia humana y el cemento psicológico de la organización social.
Por todo ello y a mi juicio, no es el tiempo del Ocaso de la Ética sino, por el contrario, es hora de su revalorización y potenciación. Todos los adultos y en especial los adultos mayores, tenemos la "obligación" irrenunciable de colaborar, en el más amplio sentido de la palabra, con el ejemplo personal ante nuestros hijos, colegas, amigos, jóvenes en general, es decir frente a toda la sociedad a la que conformamos y nos debemos. Transitando las décadas vividas, hemos ido acumulando vivencias y así conformando nuestra "experiencia de vida". El criterio y sentido común que hemos ido desarrollando, junto al concepto de equidad y tolerancia, nos convierte en verdaderos referentes dentro de nuestra comunidad. Ser adultos, jóvenes o mayores, implica un estilo de vida y debemos demostrar que así vivimos. El ejemplo es el más fuerte elemento orientador de la conducta humana, en tal grado que llevó a Albert Schweitzer: "El ejemplo no es lo más importante sino lo único", y debemos comprometernos a ofrecerlo en todos los actos de nuestra vida, especialmente para con los jóvenes, verdaderos paragolpes humanos frente a este crítico momento del Postmodernismo y la Globalización.
Hombro a hombro enfrentemos con valor la responsabilidad que nos compete como Adultos, dando apoyatura moral, espiritual y material a alas franjas sociales de menor edad, que constituyendo el 50% de la actualidad son el 100% del futuro y por lo tanto el más grande tesoro de la humanidad.-
Publicado en el Boletín Conciencia Nº 348, Junio 2018, pag. 14-16 . Órgano oficial de la Asociación Médica de Bahía Blanca
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